Nada parece estar roto hoy (sólo la voz del que llega tarde).
martes, 25 de septiembre de 2012
“Las personas grandes aman las cifras. Cuando les habláis de un nuevo amigo, no os interrogan jamás sobre lo esencial. Jamás os dicen: "¿Cómo es el timbre de su voz? ¿Cuáles son los juegos que prefiere? ¿Colecciona mariposas?". En cambio, os preguntan: "¿Que edad tiene? ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?" Sólo entonces creen conocerle. Si decís a las personas grandes "He visto una hermosa casa de ladrillos rojos con geranios en las ventanas y palomas en el techo...", no acertarán a imaginarse la casa. Es necesario decirles "He visto una casa de cien mil francos". Entonces exclaman: "¡Que hermosa es!"…”
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