Nada parece estar roto hoy (sólo la voz del que llega tarde).






miércoles, 6 de junio de 2012

Basta de falsas esperanzas en lo que ya no va a cambiar. Yo sé que no nos gusta el dolor, pero a veces tiene un disfraz tentador. Vuelven a quemar las cicatrices que parecían haber sanado. Nunca vale el tiempo para un corazón roto, el dolor nos sigue aunque le demos la espalda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario