Nada parece estar roto hoy (sólo la voz del que llega tarde).






viernes, 30 de octubre de 2009


Si me queres no me remarques mis defectos, no te enojes conmigo, no me digas boluda, no me metas en tus problemas, no me amargues, no critiques, amame tranqilo, no me asfixies. Amame en paz, dejame amarte en paz. No quiero que te conviertas en sólo un problema más en mi vida

¿Cuidas a unos y matas a otros?¿No te das cuenta que sos un nazi con disfraz?

El amor es perro. Pero aún si pudiera elegir vivir sin amor, no lo haría. Hace tiempo que pienso que es mejor estar doliente por un amor irreal, o maligno o escabroso, en lugar de estar obnubilado por la nada y ser comido progresivamente por el aburrimiento del bienestar.

Espero que no haya sido así, así desde el comienzo, y espero que no lamentes elo haberme conocido. Espero que no haya dolor dentro de tu coraon porque el mio se cae en pedazos, when I far away from you !

sábado, 24 de octubre de 2009


Es difícil explicar la depresión como un estado constante. Nada me hacía feliz, con nada sonreía. Todo lo hacía amargamente casi en un estado de inercia. Vivía, sí, pero no sabía porqué. ¿Por qué estaba viva? Eso me preguntaba cada noche antes de llorar y antes de dormir.

martes, 20 de octubre de 2009


Fluye abajo, fría corriente, hacia el mar; Tu tributo en olas será entregado: Hacia tí, mis pasos ya no correrán, Nunca más, eternamente. Fluye, fluye suave por hierbas y campos, creciendo de corriente a río:Para tí, mis huellas ya nunca serán,Ya no, eternamente. Pero aquí suspiró tu viejo árbol, Y aquí tiemblan sus trémulas hojas, Al compás de las inquietas abejas. Para siempre, eternamente. Mil soles brillarán sobre tí, Mil lunas se estremecerán, Y por tus riberas, mis pies ya no andarán,Ya no, eternamente.

La dama, entre tanto, de su labios de fresa estremeciéndose como una serpiente entre brasas y amasando sus senos sobre el duro corsé. Decía estas palabras impregnadas de almizcle: Son húmedos mis labios y la ciencia conozco de perder en el fondo de un lecho la conciencia, Seco todas las lágrimas en mis senos triunfales.y hago sonreír a los viejos con infantiles risas. Soy para quien sepa contemplarme desvelada, la luna, y soy el sol, el cielo y las estrellas.Yo soy, mi amado sabio, tan docta en los deleites,Cuando sofoco a un hombre en mis brazos temidos,o cuando a los mordiscos abandono mi busto, tímida y ligera y frágil y robusta, Que en esos cobertores que de emoción se rinden, Impotentes los ángeles se perdieran por mí. Cuando hubo succionado de mis huesos la médula y muy lánguidamente me volvía hacia ella A fin de devolverle un beso, sólo virebosante de pus, un cáliz pegajoso.Yo cerré los dos ojos con helado terror y cuando quise abrirlos a aquella claridad, A mi lado, en lugar del fuerte maniquíque parecía haber hecho provisión de mi sangre,en confusión chocaban fragmentos de esqueleto, De los cuales se alzaban chirridos,como los de una agria e infernal veleta,o los de un cartel, al cabo de un vástago de hierro,que acaricia el viento en las noches de invierno.
Llora en silencio mi alma solitaria, excepto cuando esté mi corazón unido al tuyo en celestial alianza de mutuo suspirar y mutuo amor. Es la llama de mi alma cual aurora, brillando en el recinto sepulcral: casi extinta, invisible, pero eterna...ni la muerte la puede mancillar. ¡Acuérdate de mí!... Cerca a mi tumba no pases, no, sin regalarme tu plegaria; para mi alma no habrá mayor tortura que el saber que has olvidado mi dolor. Oye mi última voz. No es un delito rogar por los que fueron. Yo jamás te pedí nada: al expirar te exijo que sobre mi tumba derrames tus lágrimas.

lunes, 19 de octubre de 2009


Era el día de su boda, se casarían por lo civil. Una noche antes ella recibía la llamada de su novio pidiéndole tiempo para pensar la decisión que tomarían, casarse era algo muy serio y la duda no podía caber en una sentencia así. Suelta el teléfono sin saber que hacer, no podría cancelar la boda que había preparado. Pensando que fue un horrible sueño y sin decir nada se fue a dormir. Al siguiente día sus manos apretaban las flores y la pluma donde plasmaría su firma. El papá del novio interrumpió en las sala disculpando a su hijo, quién no llegaría a la boda. Había salido una noche antes dejando una nota en el televisor diciendo que era demasiado joven para casarse. Salió huyendo en su camioneta y se quedó sin frenos en el camino. Murió instantáneamente al chocar en el camellón central, algunos juzgan como justa su muerte, -cómo se le ocurrió hacerle eso, dejarla plantada-, -se lo merecía- nadie se percató de la sonrisa de la novia, parecía estática pero sus ojos sonreían, permaneció inmóvil y pidió firmar el acta, salió caminando dejando una firma y una marca de grasa en el papel que la llamaría sola. Nada más peligroso que una mujer despechada. ¡Cuidado! la locura y el despecho juntos, pueden ser muy peligrosos

Lo que nos sostiene son los sueños, pero ¿como haces cuando entendes que eso es imposible?
¿Hay que conformarse con la vida que nos toca?
Hacemos lo imposible por ajustar la vida a lo que imaginamos.Y la vida se resiste, se revela a nuestra idea de como debe ser. El problema de los sueños es que aveces se convierten en capricho, queres esa felicidad que soñaste o nada. Cuando mas frondosa es nuestra imaginación mas grande es la decepción.Cualquier detalle distinto a lo que imaginas arruina la felicidad.
Duele mucho la realidad cuando sos un soñador, yo siempre fui un soñador, soñaba y luchaba por un mundo distinto, un mundo mejor y fui perdiendo los sueños uno por uno.
Aveces uno cree que lo que duele es la realidad, pero lo que duele es el ideal, la vida que imaginas puede ser un sueño pero también puede convertirse en una cárcel. Imaginar tu vida ideal esta bueno, pero que la vida imagine por vos es mucho mejor, aveces hay que dejarse sorprender. La obseción por el ideal te puede hacer a perder de vista lo real, lo verdadero, lo que necesitas, nada esta a la altura de un ideal.
Si queres concretar tus sueños lo mejor es empezar por matar al ideal, ojo no me estoy refiriendo a matar los ideales, si no que hay veces que uno se imagina su vida como si fuera una película una epopeya heroica y es muy difícil estar a la altura de ese ideal.
El ideal es una luz muy brillante, muy brillante, tanto que puede terminar opacando a la realidad, podes sufrir toda la vida por ese ideal, hermoso, puro, brillante, pero lejano y cada vez mas lejano.
Hay que poder distinguir los sueños del ideal, los sueños son pequeñas excusas que nos ayudan a crecer, el ideal es una gran mole de oro que nos paraliza, en cambio la realidad es fragil, endeble, imperfecta, pero verdadera.
Porque en el final del camino uno puede contar la vida que vivió, no la que imagino, entonces mejor que imaginar la vida es vivirla.

jueves, 15 de octubre de 2009


Y empieza otro día, con esa angustia entre mis dedos, debajo de mis ojos, sobre mi boca, mezclada con mi sangre, con mis lágrimas y mi risa, con mi voz y con mis silencios. Esa angustia que me inquieta tanto. Y vuelven esas ganas de no tener ganas, rogando que el cuerpo se vuelva arena, insignificante arena que el viento disperce lejos.
Pero algo pasa, la música me alcanza, me conmueve, llena mis sentidos, me lleve a donde no estoy, donde no soy capáz de llegar, de donde me han echado. El frenesí me envuelve, las ganas me invaden.
El tiempo devuelve todo y todo dura poco, vuelven las ganas de nada.
Es así, la vida es un círculo, todo tiene un principio y un fin.

A estas alturas creo que ya sabes que haría cualquier cosa, cualquiera, por ti. Por tu felicidad, para que entiendas y comprendas que no existe nada que pueda amar tanto como te amo a ti. No existe ni existirá jamás. Que no te cueste creerlo, porque es así. Jamás de los jamases habrá nadie como tú. Si tú quisieras, haría que el mundo se parara. Haría que todo se quedara en silencio; así podríamos escuchar los sonidos de nuestros corazones, acelerados y descontrolados. Pintaría el cielo con tu nombre y bailaría descalza para ti bajo la lluvia, empapándome. Pero no me importaría, tu estarías ahí, con tus brazos abiertos, tus brazos protectores y cálidos, y con una tierna expresión. Si tú quisieras, volaría por el espacio hasta encontrarte, da igual en que parte, en que lugar del universo te encuentres; yo, daría contigo. Nadaría en mil mares por verte y convertiría las palabras en deliciosa música para tus oídos. Si tú quisieras, mataría tu silencio con poesía y en cada mirada entregarte, un firmamento, un universo y en cada beso entregarte el alma, el corazón.

domingo, 11 de octubre de 2009

Si te hablo ¿tú escucharás? ¿te quedarás? ¿estarás aquí por siempre?¿nunca saldrás? Nunca pensé que las cosas cambiarían. Sostenme fuerte. Por favor no vuelvas a decir que tienes que irte. Un pensamiento amargo. Lo tenía todo, pero solo lo dejé ir. Abrazar tu silencio es tan violento desde tu partida. Todos mis pensamientos estarán contigo para siempre. Hasta el día que volvamos a estar juntos, esperaré por tí. Si te hubiera dicho, habrías escuchado, habrías permanecido, estarías aquí por siempre. Nunca saliste, nunca habría sido igual. Todo nuestro tiempo sería inutil porque tuviste que irte. Tenía el pensamiento más dulce, pero lo dejé ir. Todos nuestros momentos, me mantendrán viva cuando te vayas.

jueves, 8 de octubre de 2009


Según un estudio, alrededor de 2.000 personas se quitan la vida anualmente. Es muy probable que este dato resulte alarmante debido a que no escuchamos hablar frecuentemente de este tema, tanto en los medios de comunicación como en la sociedad: suele callarse y evadirse ya que impacta y cuestiona el sistema social en el que vivimos.
Si buscamos la definición de suicidio encontraremos que el mismo es el acto de quitarse la propia vida; sin embargo es una palabra que no sólo abarca un concepto, sino que involucra una serie de situaciones de la vida cotidiana que llevan a cometer esta acción. Antes de seguir quisiéramos aclarar que nos basaremos en aquellos que lo cometen por decisión propia y no en los que lo consideran un acto inevitable. De esta manera dejaremos de lado, por ejemplo, a los hombres bomba o los mártires, quienes se sacrifican en nombre de una creencia. En nuestro ensayo, consideraremos sólo a aquellas personas que deciden recurrir al suicidio como una forma de escapar de cualquier tipo de situación o problema.
Dado esto por aclarado pasaremos a analizar las posibles causas de este hecho.
¿Qué es el suicidio? “El suicidio no es causado por ningún factor individual, sino más bien, por una combinación de factores. Frecuentemente el suicidio es el resultado de la depresión, la falta de autoestima o la incapacidad para visualizar un futuro mejor”. Estos tres desencadenantes están estrictamente ligados con la sociedad, debido a que al ser humano, desde sus comienzos, le ha resultado imposible vivir apartado de sus pares y, por lo tanto, todo lo que ocurre a su alrededor influye de cualquier manera en él.
Vinoda, uno de los expertos en el tema, dice que el suicidio es causado por una combinación de factores físicos, sociales y psicológicos. Con esto acabamos con el mito que afirma que un suicida es una persona trastornada psicológicamente, es decir, “enferma”, y podemos ver que la sociedad y el mundo que lo rodea es un desencadenante importantísimo a la hora de tomar la decisión que lo llevará a cometer el suicidio.
Sin duda, en cualquier definición de suicidio la intención de morir es un elemento clave. Pero, sin embargo, muchos especialistas hacen una mirada objetiva sobre el tema a la hora de definir este concepto, de modo que si seguimos citándolos estaríamos repitiendo lo ya mencionado. Este es el motivo por el cual nos basaremos en la siguiente enunciación para llevar a cabo nuestra tesis:
"El suicidio es un problema grave de salud pública que pocas personas consideran un problema, prefieren no mencionar y hacen un verdadero esfuerzo por ocultar", opina el doctor José Bertolote, del Departamento de Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud. Investigando en foros de la red encontramos diferentes experiencias personales y una de ellas nos llamó la atención: una mujer contaba que un integrante de su familia, de 32 años de edad, se acababa de suicidar. “Estaba deprimido y decidió poner punto final a su vida. Nadie habla de ello, todos callan y miran hacia otro lado”. Con esto quisiéramos resaltar dos puntos muy importantes.
Uno de ellos es que la causa principal del suicidio es la depresión, ya que alrededor de 75% de los casos se producen a raíz de esto. Ahora bien, usted podrá cuestionarnos que la depresión, en muchos casos, es una enfermedad y, de esta manera, estaríamos contradiciéndonos a lo que ya hemos mencionado anteriormente. Si bien es verdad que la depresión es un conjunto de síntomas que conforman un trastorno psiquiátrico, la misma es causada, de alguna manera u otra, por el entorno social que rodea a la persona. La sociedad de hoy en día vive pendiente de sus tareas y obligaciones y, por lo tanto, muchas veces deja de lado su estado físico y emocional junto con el de sus pares. Vivimos en un mundo en el que domina el régimen capitalista en donde es esencial “trascender” económicamente para mejorar la calidad de vida, y no se piensa en la famosa frase ideal pero cierta: el dinero no lo es todo. En síntesis, la gente confunde frecuentemente a la depresión con el "estar triste" y la enfermedad no es tratada, por lo que el suicidio termina por constituir una llamada de auxilio que se convierte en una manera de comunicar su descontento a los demás.
El segundo punto a mencionar es que la comunidad evita el tema, inclusive la propia familia. A raíz de esto vamos a citar las distintas teorías por las cuales, desde nuestro punto de vista, la gente opta por evadir esta cuestión.
La primera de ellas es la relación que existe entre el suicidio y la religión. Desde este aspecto, el suicidio es considerado como una mala acción, debido a que “nadie tiene derecho a quitarse la vida que Dios le ha dado”, condenando así a los suicidas y acusándolos de cometer un pecado en muchas religiones, tales como el Cristianismo, Judaísmo e Islamismo. Si bien a simple vista esto parece no influir en gran cantidad a la hora de abordar el tema, no deja de ser un punto muy importante. Algunos podrán decirnos que, a pesar de ser religioso, no están de acuerdo con esta afirmación, y otros directamente no creerán en ninguna religión, sin embargo lo importante de esta enunciación es que aunque esto ocurra, no podemos evitar decir que vivimos en una sociedad en donde abunda el pensamiento cristiano, lo que nos obliga a aprender desde chicos que el suicidio no está bien visto, que está mal cometerlo y que por lo tanto, la persona que decide suicidarse definitivamente está “loca”, un término que pocos saben definir pero que, sin embargo, nos gusta usar con frecuencia.
Otra teoría consiste en el posible desencadenante que lleva a la persona a cometer esta acción. Si bien puede abarcar un problema legal (generalmente la persona que comete el suicidio deliberadamente lo hace parecer un accidente, lo que puede involucrar a las personas que lo rodean en el desarrollo del mismo, cuestionando si se ha cometido un suicidio o no), lo que nosotros queremos plantear es la preocupación y el sentimiento de culpa que puede llegar a generar un suicidio en la familia. Un experto en el tema dijo: “Todos los suicidios y los intentos suicidas hablan de una crisis emocional, de una perturbación en la forma en que se vive, de un desacuerdo social”. A partir de esto podemos llegar a la conclusión de algo que ya veníamos planteando: el suicidio, ya sea de manera conciente o inconciente, está fuertemente ligado al entorno en el que se vive, lo que por lo general constituye el principal desencadenante que lleva a una persona a cometer esta acción. De ahí la culpabilidad que siente la familia, que se materializará en la evasión del tema.
Algo que hemos leído y nos ha parecido importante mencionar es la opinión de otro experto en el tema: el presidente de la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, Lars Mehlum. El mismo dice que "la vasta mayoría de los suicidas no desean morir, sino que no desean continuar viviendo en las condiciones en que se ven obligados a vivir”. Por este motivo, los suicidas ven la muerte como única solución y, por más de que su visión sea en muchos casos extrema, no podemos culparlos por su pensamiento. Deberíamos reflexionar y cambiar nuestra actitud, que nos obliga a pensar que los suicidas quieren morir cuando en realidad nadie desea la muerte sino un cambio, no siempre de las mismas dimensiones, en su forma de vida.
Un claro ejemplo de esto es el alarmante hecho producido en Francia que nos impactó a todos: en la gran empresa de telecomunicaciones “France Telecom” se han cometido 24 suicidios desde febrero del 2008. Si bien los directores de la misma han asegurado que 24 suicidios son algo “normal” en una empresa con más de 100.000 trabajadores, debemos aclarar que, desde 1998, más de 40.000 empleados han sido despedidos y a muchos otros se los ha obligado a aceptar nuevas condiciones de la empresa que, si no se cumplían, también se los despediría. Como si esto fuera poco, se ha descubierto que la última trabajadora que ha decidido suicidarse dejó escrito un e-mail en donde se mostraba totalmente disconforme con las condiciones en las que debía trabajar. A todo esto, la empresa hace solamente unos pocos días decidió ocuparse del tema e investigarlo profundamente, probablemente ya no les parece “tan normal” la oleada de suicidios, teniendo en cuenta que recientemente un ejecutivo se clavó un cuchillo en el estómago en el medio de una reunión porque se le había comunicado que iba a ser transferido a otra sucursal.
A partir de esto podemos deducir un último punto: la sociedad no toma conciencia de lo que sucede a su alrededor hasta que pasa algo, entonces, cambia su actitud sobre esa porción de la realidad y comienza a preocuparse por el tema. Nos gustaría argumentar nuestra tesis con otro ejemplo que, aunque a simple vista no lo parezca, se encuentra conectado de alguna manera con la misma. En este caso mencionaremos el suceso de Cromañón, en donde un grupo de aproximadamente 2.811 jóvenes, de variados orígenes e intereses, se dispusieron a ver el show en vivo de la banda Callejeros en el ya mencionado boliche. Lo que iba a ser una fiesta concluyó con la trágica muerte de 194 chicos, y más de 700 heridos, debido a una bengala encendida que impactó sobre una media sombra a minutos de iniciado el espectáculo, creando un foco de incendio que derritió el material plástico y dio origen a una densa humareda que provocó una intoxicación mortal, debido a la gran emisión de sustancias tóxicas. Lo más grave de esto fue la gran cantidad de obstáculos con los que tuvo que luchar el público para huir del lugar, entre los que se encontraban la puerta de salida clausurada y el angostamiento del pasillo que comunicaba el interior con el exterior. A partir de esta tragedia, podemos observar una serie de cambios repentinos en el tan polémico asunto de los locales y conciertos: la cantidad de público ya no supera los límites legales establecidos y los boliches han realizado múltiples reformas en su estructura para mayor seguridad, sin mencionar la gran preocupación repentina del gobierno por la inspección de cada uno de ellos y la realización de simulacros para evitar futuros accidentes. Desde ese momento podemos observar a la sociedad preocupada, hablando de este tema constantemente y criticando a los boliches por su inseguridad, que puede llegar a desencadenar otra tragedia como la de Cromañón. Ahora bien, ¿era necesario llegar a esto para que se tomaran medidas sobre el asunto? ¿Por qué a partir de la tragedia la gente habla del tema? ¿Será que antes lo evadían? Y si todo esto no hubiese ocurrido, ¿la comunidad seguiría eludiendo el gran problema de seguridad que afecta a los boliches y no le daría importancia si se les es comentado algo al respecto? En síntesis, y volviendo al tema de los suicidios, si la sociedad “funciona” de esta manera, ¿hace falta que ocurra una tragedia como la de France Telecom para que la gente tome conciencia de que el suicidio es un gran problema que involucra a la totalidad de la sociedad?
Indudablemente no debería ser necesario que esto ocurriera, por lo que proponemos una solución: difundir el tema. Hablando podemos inyectar esperanza en la persona con ideas de suicidio y hacerle ver que hay motivos y razones para vivir, puesto que, en cualquier situación de la vida, la opinión ajena influye de alguna manera en la opinión personal, debido a que ya no se tiene un sólo punto de vista sino varios, a partir de los cuales se puede llegar a una decisión final. Puede ser preventivo.
Un recurso muy importante con el cual contamos hoy en día son los medios de comunicación, que son considerados uno de los factores principales que influyen en el paradigma de la sociedad. Por este motivo, se debería hacer uso de los mismos para difundir el tema, y no es que con esto estemos proponiendo que se presenten cada vez más casos de suicidios en los informativos, ya que probablemente esto resultaría “brusco”. La ficción es una porción muy importante de los medios de comunicación, y hoy en día se ha convertido en la más abundante, por lo que sería una buena decisión recurrir a ella para la difusión del tema. Por ejemplo, el año pasado la Argentina quedó impactada con la exitosa telenovela “Vidas Robadas”, en donde se presentó un tema sumamente preocupante y de muy poca divulgación: el secuestro de personas para obligarlas a ejercer la prostitución. A partir de ese momento los medios de comunicación se vieron invadidos por hechos relacionadas a este tema haciendo que el mismo se incorpore a los temas de conversación diarios de todos los argentinos, por lo que podemos llegar a la conclusión de que los medios de comunicación, conciente o inconcientemente influyen de una manera muy significativa en la sociedad.
El suicidio no es sólo una idea que ronda en la cabeza de un “loco”, estimulada solamente por sus problemas personales; es un término que abarca más de un punto y se puede ver desde diferentes aspectos. Sin duda es un tema sumamente polémico que involucra a la sociedad en conjunto, por lo que si se tomara conciencia sobre el mismo y fuese difundido, se salvaría más de una vida.