Nada parece estar roto hoy (sólo la voz del que llega tarde).






jueves, 15 de octubre de 2009


Y empieza otro día, con esa angustia entre mis dedos, debajo de mis ojos, sobre mi boca, mezclada con mi sangre, con mis lágrimas y mi risa, con mi voz y con mis silencios. Esa angustia que me inquieta tanto. Y vuelven esas ganas de no tener ganas, rogando que el cuerpo se vuelva arena, insignificante arena que el viento disperce lejos.
Pero algo pasa, la música me alcanza, me conmueve, llena mis sentidos, me lleve a donde no estoy, donde no soy capáz de llegar, de donde me han echado. El frenesí me envuelve, las ganas me invaden.
El tiempo devuelve todo y todo dura poco, vuelven las ganas de nada.
Es así, la vida es un círculo, todo tiene un principio y un fin.

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