Nada parece estar roto hoy (sólo la voz del que llega tarde).






martes, 4 de septiembre de 2012

Me hace ruido todo lo que no digo. La mano me duele y no es de golpear paredes. Está latiendo. Veo negras mis venas de infección. Ya fue, yo me sigo creyendo una pendeja más, o menos. Nunca necesité tanto que el universo estallara a nuestro alrededor. Nunca sentí tan difícil descifrar mis deseos. Por más dulce que se sienta hincarte el diente en la yugular, le tengo miedo a la electricidad. Suena a metal. Y me mareo. Veo sangre y si no grito para que me sueltes voy a morir electrocutada.

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